miércoles, 11 de agosto de 2010

EVALUACIÓN Y APRENDIZAJE

Una manera de aprender es evaluar porqué cayó tanto el movimiento a partir de la segunda semana.  En primer lugar, es el proceso natural de la mayor parte de los movimientos: crecen hasta tener un punto cúlmine, y luego comienzan a decaer. Desde nuestro punto de vista este punto se dio especialmente el primer fin de semana con la salida a las plazas y hasta la primera marcha multisectorial. Sin embargo hubo muchos factores más que influyeron en esta caída del movimiento estudiantil:
Desde nuestro punto de vista, el punto de quiebre se produce gracias a que las bases no eran sólidas. La gente que votó y sostuvo la ocupación no contaba desde el principio con toda la información que necesitaba, justamente porque ésta era la característica principal del movimiento estudiantil previo. Esta incertidumbre provocó una falta de planificación lógica que se pueda sostener en el tiempo. A cada instante surgían datos nuevos que nos obligaban a replantear todo en el momento, a improvisar sobre la marcha en cada asamblea. En el medio, no toda la información le llegó de la misma manera a todos, lo que comenzó también a generar desconfianza interna y falta de convencimiento en el verdadero poder del movimiento.
Podría argumentarse que nuestro movimiento debería haber tomado nuevo vuelo al ver el apoyo brindado por otras organizaciones, pero nuevamente la desconfianza entra en juego. La realidad es que en general, y gracias a la realidad política argentina, se asocia a la organización en partidos con clientelismo político, violencia, corrupción, e intereses ilegítimos.
Se suma a lo expuesto anteriormente sobre depositar la confianza en un documento de las autoridades, como si un compromiso firmado tuviese algún valor legal o al menos moral del cual pudiéramos agarrarnos.  Si bien contábamos con muchos aliados externos, e incluso con el apoyo de algunos docentes de la facultad, éstos últimos nunca se organizaron, no hubo un apoyo masivo y explícito a nuestro reclamo por parte del claustro docente. De haber contado con el mismo, hubiese sido muy distinto el panorama… Esto no fue por casualidad, sino que el claustro docente, al igual que el estudiantil, está fragmentado y muy poco organizado. Una forma de contrarrestar esta clase de fenómenos hubiese sido con el diálogo previo a la ocupación, para buscar apoyo y consejo. Y no sólo hubiese servido para articular con los docentes, sino también entre nosotros mismos… si hubiésemos tenido debates previos sobre temas claves, nos hubiésemos ahorrado las interminables asambleas en las que se buscaba consenso sobre cosas tan básicas como la necesidad de una reforma de plan de estudios, si debemos confiar o no en el Consejo Superior y porqué, etc, etc.  Lamentablemente estas discusiones eran muy necesarias, pero llegaron tarde y se dieron en ámbitos inadecuados, influenciando también en la caída de la medida… Si a esto le agregamos la cercanía de las fechas de finales, la presión que ejercían los propios compañeros que aunque apoyaban el reclamo se organizaban para levantar la toma, el temor a perder las cursadas, la pérdida en la organización de las actividades, el desgaste normal de tanto días de mal sueño y mala alimentación, la falta de un indicio alentador por parte de las autoridades y algún otro elemento que tal vez no estemos considerando, tenemos el caldo perfecto para terminar la ocupación.

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